Crecí en Francia, y naturalmente la gastronomía siempre tuvo importancia en mi infancia, en mi cultura y aún más cuando decidí empezar mi carrera como hotelero en París. Si hay cosas que siempre he buscado en mis chefs es que tengan pasión, que sean exigentes, que sean creativos, que tengan un poco de locura, pero que también tengan esas ganas de compartir su savoir-faire y su cocina. Al conocer al chef Nicolás, muy rápidamente me di cuenta de que él tenía todas las virtudes, pero lo mejor fue cuando me comentó sobre este libro. Desde las primeras fotos y las primeras páginas me di cuenta de que este libro, más que un libro con recetas, es un viaje que nos transporta por la diversidad de esos platos y, especialmente, por la historia que tiene cada uno de ellos. ¡Chapeau, Chef!