Una década después de la muerte de Stieg Larsson, su archivo privado se abre por primera vez. Un archivo que había sido olvidado durante todos estos años, hasta 2014, cuando el periodista Jan Stocklassa obtuvo acceso a él. Allí encontró, en veinte cajas de cartón, rastros de un proyecto secreto de Larsson: la investigación sobre el asesinato del primer ministro sueco Olof Palme. Stocklassa logró acceder de forma exclusiva a esa extensa investigación.