La publicación de El Padrino en 1969 convulsionó el mundo literario. Por primera vez, la Mafia protagonizaba una novela y era retratada desde dentro. Mario Puzo la presentaba no como una mera asociación de facinerosos, sino como una compleja sociedad con una cultura propia y una jerarquía aceptada incluso más allá de los círculos de la delincuencia.