Un ensayo filosófico sobre el consumo, la dispersión y la vida interior
Estamos en un mundo hiperconectado, en el cual tenemos todo al alcance: el acceso a la información, la posibilidad de comprar desde ropa interior para las manos hasta una escultura invisible de miles de dólares, aplicaciones para conseguir pareja y otras herramientas tecnológicas que facilitan llevar lo que los diseñadores de experiencia de usuario llaman una vida sin fricciones. Pero cada vez nos concentramos menos, y hemos perdido la capacidad de enfocarnos y de observar lo que ocurre a nuestro alrededor.