Además de una necesidad, comer y beber se puede convertir en un placer, una diversión, incluso una pasión. Pero a la hora de preparar los alimentos, siempre surgen todo tipo de dudas. ¿Cuál es el truco para lograr un buen risotto con puntas de espárragos al parmesano? ¿Cómo se prepara un buen pesto a la genovesa? ¿Y un conejo a la cerveza? ¿Existe un ritual adecuado para saborear ostras? ¿Y qué juego dan el foie-gras, los cannelloni, el carpaccio...?
En A comer y a beber, el lector no hallará cantidades precisas ni tiempos de cocción cronometrados, pero sí numerosos experimentos, anécdotas, crónicas de la buena mesa y, sobre todo, un mandato inequívoco: ¡a comer y a beber!