Los propos sobre la felicidad de Alain son pequeñas dosis de sentido común, fármacos gratuitos, que nos ayudan a recordar que no somos ni tan importantes ni tan insignificantes como creíamos, pero sí protagonistas indiscutibles de nuestra vida, responsables de sabernos y sentirnos vivos.
En la lucha contra la tristeza, Alain nos ofrece los ejercicios para dominarla; sólo a través de la acción podremos liberarnos de los lamentos, tomar las riendas de nuestra vida, ganándole terreno a la tristeza.
Alain nos abre las puertas de su jardín filosófico, que alumbra con su luz las ideas maduras olvidadas del saber vivir y la lucha por la existencia feliz en la estela de los pensadores clásicos. Confiando en la sabiduría del cuerpo, y desconfiando de los desórdenes de la imaginación, trata de ofrecernos unas cuantas recetas para restaurar la soberanía del hombre claro y feliz.