CLAUDIA PATRICIA VALERO PACHECO
Guardianas del bosque, cometas metálicas, paisajes cundiboyacenses, dibujos de corsés y animales desangrándose, cuerpos danzantes y afectados, estatuas, grandes telarañas de papel mantequilla y pinturas prerrafaelitas anidan en la mirada de Claudia Valero y en el universo de los doce textos que componen este libro. 
A través de un dulce vaivén -de la narrativa íntima al ensayo y de regreso-, se trasmuta el arte en cobijo. Y se retratan los avatares de su generación: las incertidumbres laborales y amorosas, el duelo, los desarraigos, el presenciar cómo se desdibujan los sueños frente a la ventana de una oficina de la que no se puede salir a una hora decente.
Gracias a estos relatos, en los que se abordan obras de artistas como María Elvira Escallón, Mariana Varela, Angela Palmer, Antonio Barrera, Paul Klee, Leonardo Da Vinci, Ana Mendieta, Olga de Amaral, Adriana Varejão, la autora abre nuevos caminos para los lectores, a quienes, además, invita a observar detenidamente y a encontrar en toda cotidianidad la estética que esta esconde.
"Valero rastrea en la historia del arte, la literatura, las imágenes del pasado, la ternura y lo que ama, la manera de volver a unir, gracias a esta mitología del fuego que todas vigilamos, aquello vencido por el tiempo. "Todos y todas en este texto somos o hemos sido oficiantes del fuego". Fuera del texto, las lectoras también nos reconocemos como oficiantes. Recorremos esta escritura, a veces desde la misma altura de aquellas protectoras de los bosques, cuidando el pequeño corazón de lo que desaparece, y otras, atadas a la tierra quemada que vuelve a arder bajo el recuerdo y su escritura.