El volumen recorre un periodo de aproximadamente 30 años en la historia
de Portugal durante la época de la Inquisición. El planteamiento
registra no sólo el hecho histórico, sino que reconstruye la vida
popular de la época, en un recorrido por los diferentes pueblos de los
alrededores de Lisboa.
El rey D. Joâo V necesitaba herederos y, como doña Maria Ana no los
concebía, él promete levantar un convento en Mafra a cambio de tener
herederos. Simultáneamente, asistimos a la vida cotidiana del pueblo a
través de la visión de un soldado que perdió la mano izquierda en la
guerra contra los españoles. En un auto de la Inquisición, Baltasar
conoce a Blimunda, una mujer con poderes mágicos que ve dentro de las
personas, y cuya madre fue desterrada a Angola por tener poderes
semejantes. Desafiando los rigores de la religión, ambos se casan
mediante un ritual de sangre. Baltasar se convierte en ayudante del
padre Bartolomeu, que, bajo la protección del rey, trabajaba en inventar
una máquina para volar. La máquina de volar simboliza dos ideales: los
cultos, representados por el propio padre Bartolomeu, y los populares,
personificados en Blimunda y Baltasar.
Una narración directa, sin concesiones, vigorosa y rica. Saramago da al
lenguaje de esta novela el tono de las narraciones históricas y realiza
con él verdaderos malabarismos sintácticos.
El volumen recorre un periodo de aproximadamente 30 años en la historia
de Portugal durante la época de la Inquisición. El planteamiento
registra no sólo el hecho histórico, sino que reconstruye la vida
popular de la época, en un recorrido por los diferentes pueblos de los
alrededores de Lisboa.
El rey D. Joâo V necesitaba herederos y, como doña Maria Ana no los
concebía, él promete levantar un convento en Mafra a cambio de tener
herederos. Simultáneamente, asistimos a la vida cotidiana del pueblo a
través de la visión de un soldado que perdió la mano izquierda en la
guerra contra los españoles. En un auto de la Inquisición, Baltasar
conoce a Blimunda, una mujer con poderes mágicos que ve dentro de las
personas, y cuya madre fue desterrada a Angola por tener poderes
semejantes. Desafiando los rigores de la religión, ambos se casan
mediante un ritual de sangre. Baltasar se convierte en ayudante del
padre Bartolomeu, que, bajo la protección del rey, trabajaba en inventar
una máquina para volar. La máquina de volar simboliza dos ideales: los
cultos, representados por el propio padre Bartolomeu, y los populares,
personificados en Blimunda y Baltasar.
Una narración directa, sin concesiones, vigorosa y rica. Saramago da al
lenguaje de esta novela el tono de las narraciones históricas y realiza
con él verdaderos malabarismos sintácticos.