Los treinta y cinco relatos aquí recopilados dan una idea cabal del talento de Gallant, una artista a la que Alice Munro considera su maestra. Los temas tratados son muchos, y por eso quizá valga la pena seguir el consejo de la autora: pasamos despacio de las reflexiones de una mujer abandonada por el marido que se empeña en permanecer fiel al matrimonio a la historia de un solterón que de pronto se ve avasallado por la ruidosa prole de su hermana; luego asistiremos al gesto de una joven que renuncia a la felicidad conyugal para dejarse llevar por el amor de un hombre al que solo conoce por carta, o al deambular de una mujer por las calles de Madrid hace ahora muchos años.
Todo cabe en el mundo de Gallant, porque lo que más importa en su obra es el clima que consigue crear, la tensión de su escritura, su capacidad para dar a los silencios tanta importancia como a las palabras que intercambian sus personajes.