Érase una vez una gata, que vivía con una familia. La gata siempre estaba con cuatro hermanos y jugaba con ellos. Pero lo que le gustaba de verdad eran las caricias a contrapelo que le hacía el hermano pequeño.
Un día se fue a una cesta para hacer la siesta. Cuando se despertó vio que estaba volando en un globo. Cuando aterrizó, estaba en Inglaterra. Una señora encontró a la gata y la adoptó. Cada día, cuando salía, siempre tenía una aventura más para contar.
Viajó con una tabla de surf, también hizo esquí acuático, incluso se embarcó en un submarino. Hasta que un día se fue a Francia, su país, con un barco y por fin regresó a su casa.