El oráculo térmico propone un viaje a una región arrasada por la catástrofe natural y psíquica, en la que los personajes, como en una obra de danza Buto, andan en círculos, transitando la frontera entre la vida y la muerte, el engaño y la empatía, la enajenación y la cordura.
En su primera novela, María Antonia León ha sabido darle alas a Amanda, quien renuncia a todo, encara su libertad y va en busca de sí misma, llevada de la mano de una mujer loca, acaso la más razonable de las criaturas en una geografía olvidada por Dios, sacudida por el espanto y gobernada por oscuros patriarcas.