Hubo una vez un emperador que amaba
	a los gallos por sobre todas las cosas. Así
	que un día decidió llamar al mejor artista
	del imperio para que le pintara uno.
	El artista aceptó con gusto el encargo,
	pero las cosas comienzan a complicarse
	cuando el tiempo pasa y pasa y la
	entrega no llega
	Esta historia popular sobre la paciencia y la
	maestría se convierte a su vez en un estudio
	sobre el arte de hacer libros ilustrados,
	construido a partir de bocetos y diversas
	aproximaciones a las imágenes y los textos.
	Una obra que juega consigo misma y consigue
	efectos de gran originalidad y belleza.