Tercera novela de la serie protagonizada por Alcatraz Smedry. En esta ocasión, Alcatraz y el resto de miembros (Australia, Attica, el abuelo Leavenworth, Draulin y Bastille) viajan a Nalhalla, donde se encuentra el hogar de los Smedry y de los caballeros de Cristalia.
Durante el viaje, Alcatraz se muestra preocupado por varios sucesos que han tenido lugar desde que descubrió su poder y la realidad de los Bibliotecarios. No consigue conectar con su padre, para quien parece invisible después de tanto tiempo separados. Además han perdido la posesión del libro (ahora que cuentan con las gafas para traducirlo). Sin embargo, conocer su hogar de origen le llena de esperanzas.
Por desgracia, la llegada es bastante accidentada. Tras un confuso atentado, Alcatraz y sus compañeros descubren que hasta el continente se ha desplazado un grupo de Bibliotecarios para firmar un tratado de paz, siempre que renuncien a Mokia y sea entregado a las Tierras Silenciadas. El rey está dispuesto a ceder, pero los Smedry no creen en las buenas intenciones de los Bibliotecarios. Mientras Bastille es llevada al castillo de los caballeros de Cristales para ser juzgada por perder su espada (y el rango de caballero) y Attica se dedica a sus estudios, Alcatraz y su abuelo trataran de frenar el acuerdo y que la tierra de sus primos Australia y Sing siga siendo libre.