ONeill es para la segunda mitad del siglo XX lo que Pessoa fue para la primera, y hoy podría ser tan conocido como el autor del Libro del desasosiego si no hubiera escrito de forma tan cifrada en tiempos de la larguísima dictadura salazarista de hecho, fue el gran escribano de esa comarca que alguien llamaría el Portugal de los pequeñitos y si no hubiera ironizado tanto sobre su país al que se quedó atado, como dice en su poema más conocido. "Un adiós portugués" su historia recuerda la de Slawomir Mrtozek, a quien tardíamente le perdonaron en Polonia su amor al absurdo, y la de los autores "abafados", silenciados por su sentido del humor, es decir, por un mecanismo de defensa que activaron para hacer la vida más llevadera.
Esta antología de sus poemas es la primera que se hace en lengua española y abarca la multifacética variedad de su obra, en la cual convergen las tradiciones trovadorescas y el compromiso con las vanguardias, la tendencia satírico-burlesca y el tono popular.